jueves, 3 de noviembre de 2011

Extasis

Su ritmo cardiaco, de a poco, se estabilizaba. La denuncia estaba realizada. Por fin la determinación tomada le traía serenidad, tranquilidad. Cuatro meses antes nada hacia anunciar este final. Su amor era incalculable, demasiado para juzgarlo. Un amor difícil de comprender. Eran pocos los que podían sobrevivir a amores tan duros, con esa cuota de pasión descontrolada, que aísla, va incomunicando, excluyendo del resto. Él logro en poco tiempo un cambio de actitud en ella. Notorio para los demás, engañosamente normal para ella. Aparentaba no darse cuenta del trastorno en el que su amor se convertía. Se mostraba equilibrada en el contacto diario. Pero sabia que estaba entrando en un peligroso juego. No quería decepcionarlo, no deseaba perderlo. Todo valía con tal de ser la única en su vida. Esta lucha ahora era con ella misma. El seguir a cualquier costo, o terminar con este amor enfermizo, sin código, sin ley. Él lograba con aquellas pastillas su completa desinhibición, una relajación que aumentaba su placer y sus ganas. Desbordaba sensibilidad, lo suave era aun más suave, su cuerpo pedía el roce, requería movimiento. El dominaba, sometía, ella obedecía y cumplía.

Hoy fue distinto, el goce se convirtió en escalofríos, en sacudidas. Su visión se tornó borrosa, su mandíbula tensa, las nauseas la dejaron al limite, consumida. El éxtasis estaba haciendo estragos. Tambaleando, inclinada sobre si salió a la calle, finalmente, espantada, se fugó de su ahora, trágico amor, el que la estaba asesinando.

Silvana[/size] 19/04/2010

[size=12][/size]
[/color][/color]
No olvides visitar de nuevo Extasis

No hay comentarios:

Publicar un comentario