miércoles, 23 de noviembre de 2011

Comunicación oral efectiva de tus ideas



Lord Roy Vader
presenta:



Comunicación oral efectiva de tus ideas

... o cómo hablar en público y sentirte bien por el resultado


¿Por qué es importante?
El arte de la oratoria definido

Responde "sí" o "no" a estas preguntas:
+ ¿Sabes hablar en público?
+ ¿Te atreves a pararte enfrente de cualquier número de personas en un escenario?
+ Cuando tienes qué hacerlo, ¿logras decir exactamente lo que piensas?
+ O más importante aún, ¿logras que tus oyentes comprendan exactamente lo que quieres decir?
+ Una pregunta rara pero simple: cuando se te solicita una opinión, ¿te sientes capaz de terminar tu alocución sin necesidad de decir "gracias" al final para avisar que ya finalizaste?

Si respondiste que no a una o a todas las preguntas significa que te hace falta desarrollar tus habilidades de comunicación y en consecuencia las de liderazgo.

La oratoria es el concepto que define al arte de de comunicar ideas mediante la expresión oral y es una habilidad inherente al que ejerce algún liderazgo en cualquier rama del conocimiento que involucre a más de una persona.

Saber comunicar una idea actualmente es una necesidad si nuestra misión de vida es trascender (positiva o, hay que decirlo, negativamente). Ningún líder político, moral o espiritual ha sido mudo.

Todos estos han hablado en público y muy bien:









Y, ojo, estos también:





Para el bien (y para el mal) personas que han trascendido históricamente han desarrollado una habilidad en común: la comunicación efectiva.

En mi experiencia de vida y después de asistir, algunos años ya, a un grupo local de oratorial, me he dado cuenta de lo importante que ha representado para mí esta habilidad. Todavía no soy un experto (en realidad no sé si un día lo seré) pero sé que soy mejor persona desde ese tiempo al día de hoy. Si algo he ganado desde entonces es el hecho de enfrentar miedos. El miedo es un aliado y al mismo tiempo un enemigo. Saber reconocerlo en su justa medida es la diferencia entre sólo vivir o progresar.

¿Quieres una razón para desarrollar la comunicación efectiva? Esta que te comento es una: aprender a reconocer y enfrentar tus miedos.

Pero hay una razón más importante: como te habrás dado cuenta en las imágenes que te acabo de mostrar han existido, existen y existirán personas que reconozcan la ventaja que representa el hecho de hablar bien público lo que no necesariamente resultará en un beneficio para el mundo. La habilidad es sólo una herramienta, dependerá de los principios y valores que posea el ejecutante para que perjudique o mejore nuestro mundo.

Hitler era un maestro de la palabra. Fidel Castro era un as para hablar. José López Portillo y Pacheco es reconocido como el presidente de México que mejor sabía hablar en público y ya vemos los resultados nefastos que han resultado de sus ejercicios de liderazgo. Hitler perdió la guerra, ¿qué hubiera pasado si hubiera ganado?

Perdón por usar estas palabras pero no encuentro unas más apropiadas: los pendejos son muy peligrosos y la razón es que son muchos (que no te de risa porque en algún momento todos lo hemos sido). Ahora, imagínate a un pendejo con el poder de la palabra guiando a un montón de pendejos que le creen. ¿Resultado? Asómate a la ventana y ve el mundo que tienes afuera. Por eso hay que aprender nosotros, porque las masas necesitan líderes con otros pincipios y valores y no como los que tienen estos:





¡Necesitamos darle una oportunidad al mundo! Es necesario contratacar ya a los líderes funestos con su misma herramienta: otra vez la comunicación efectiva.



Partes de un discurso

Utiliza una frase de entrada. No es necesario comenzar con una frase, es más una cuestión de estilo. Si recuerdas una frase famosa o refrán o fábula que enriquezca la alocución, dila antes de comenzar y no olvides darle crédito al autor.

Saludo a la autoridad. No te olvides de saludar a los que te escuchan. Si hay autoridades importantes, comienza por ellas, de la más alta a la menor y por último al público. El saludo es más importante que la frase de entrada.

Introducción al tema. No hables de inmediato del tema en cuestión. Justifícalo, dale una razón de ser, menciona por qué es buena idea que te pongan atención, "vende" a tu público la importancia de oír la que tienes qué decir.

Desarrollo. Ahora sí, di lo que tienes que decir. Se concreto y claro; si puedes usar menos palabras para decir lo mismo hazlo. Si el tema es difícil de explicar, hazlo otra vez pero con otras palabras. Asegúrate que lo que piensas sea comprendido, de preferencia, a la primera explicación.

"Cierre". Quizá es la parte más importante. La última parte es la que se queda en la mente del público así que debemos hacer lo posible por aprovechar esta circunstancia. Recolectemos la idea principal del discurso y repitámosla pero con un tono de voz imperativo y de invitación a practicar lo que mencionamos. Sube el tono de voz en esta parte. No termines con un "gracias", mejor es un trillado "he dicho" pero mejor aún es una invitación imperativa corta. Recuerda que no tienes por qué agradecer cuando alguien te ha pedido una opinión, él es quien debe ser el agradecido.



El cuerpo dice tanto o más que las palabras

Modulación de la voz. Utiliza alti-bajos en la voz. No uses el mismo tono de voz en que se escuche claramente. Juega con el volumen de tu voz y dale con esto énfasis a palabras o frases claves de tu discurso.

Movimiento de brazos y manos. No cruces los brazos ni las manos ni adelante ni atrás. Saca las manos de los bolsillos. No tomes tu cabello ni tus lentes ni la ropa. Suelta los brazos y no pienses en ellos. Verás que conforme hablas solos se moverán

Vista repartida. Voltea a ver a los ojos de las personas y no te quedes en uno sólo, en la medida de los posible reparte la mirada lo más uniformemente posible. Que todos los ojos vean el brillo de los tuyos.

Movimiento del cuerpo. No te muevas constantemente de lugar, no camines excesivamente. "Se vale" moverse pero no lo hagas en todo momento, elige un lugar y "plántate" en él el mayor tiempo posible. Los brazos que se muevan, los pies no.

Presentación personal. Tu aspecto es importante y debe respetar el tipo de público que va a escuchar tu ponencia. En la medida de lo posible estudia el tipo de público que vas a tener y adecua tu presentación personal de acuerdo él.



No se puede ser experto de la noche a la mañana

¿Crees que con esto que leíste vas a poder dar un discurso decente ya? NO. El siguiente paso es hacerlo, equivocarse, darse cuenta de los errores y corregir poco a poco, de un problema a la vez. Si puedes practicar tu discurso antes aprovecha y hazlo. Pide a quien pueda oírte que te diga también lo que le gustó y lo que no, acepta las críticas constructivas y trabaja en ello.

Practica, practica y practica.

Cada vez que tengas oportunidad de hablar y tengas algo importante que decir, ¡dilo! Porque el cosmos podría perderse la oportunidad de mejorar a causa de tu silencio.

- Roy


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