miércoles, 20 de julio de 2011

Legalidad vs Legitimidad

El dilema más perverso Legalidad vs Legitimidad.- Cuando lo legal no es bueno y lo ilegal no es malo
¿Qué es la legalidad?

El principio de legalidad es un principio fundamental del Derecho público conforme al cual todo ejercicio de potestades debe sustentarse en normas jurídicas que determinen un órgano competente y un conjunto de materias que caen bajo su jurisdicción. Por esta razón se dice que el principio de legalidad asegura la seguridad jurídica.

Se podría decir que el principio de legalidad es la regla de oro del Derecho público y en tal carácter actúa como parámetro para decir que un Estado es un Estado de Derecho, pues en él el poder tiene su fundamento y límite en las normas jurídicas.

¿Qué es la legitimidad?

La legitimidad es un término utilizado en la Teoría del Derecho, en la Ciencia Política y en Filosofía.

En términos jurídicos la legitimidad es la capacidad de ser obedecido sin recurrir a la coacción, en contraposición a la autoridad. En términos políticos la legitimidad es la capacidad que permite ejercer el poder sin necesidad de recurrir a la violencia.

Legitimidad en términos jurídicos

Cuando una norma jurídica es obedecida sin que medie el recurso al monopolio de la violencia se dice que esa norma es percibida como legítima. La moderna teoría del derecho establece que las características que ha de cumplir una norma jurídica para ser legítima son tres: justicia, validez y eficacia.

Por tanto, y expresado en términos someros, la coincidencia de justicia, validez y eficacia en una norma es la medida de su legitimidad. Puesto que la legitimidad es graduable, habrá normas más o menos legítimas. Cuando una norma es percibida como legítima es masivamente obedecida, no siendo necesaria la sanción salvo en casos puntuales. Cuando una norma es percibida como ilegítima es masivamente desobedecida, a no ser que se recurra, directamente, a la sanción, y por tanto a la violencia. En general, el ejercicio habitual de la sanción y la violencia por parte del Estado para hacer efectivo el cumplimiento de una norma es síntoma inequívoco de que o bien es inválida, o bien es percibida como injusta, o bien es ineficaz, o las tres cosas al mismo tiempo. El cumplimiento de la norma de manera habitual y sin recurso a la violencia suele ser prueba de que es percibida como legítima.

Legitimidad en sentido político

Si la legitimidad jurídica se refiere a la ley, la legitimidad política se refiere al ejercicio del poder. El poder político que es percibido como legítimo será mayoritariamente obedecido, mientras que el percibido como ilegítimo será desobedecido, salvo que se obtenga obediencia por medio de la violencia del Estado.

No debe confundirse legitimidad política con afinidad política. En democracia, los votantes del partido político perdedor pueden lamentarse por haber perdido las elecciones, pero no por ello desobedecen al nuevo gobierno. Tampoco debe confundirse legitimidad con democracia, puesto que durante la Monarquía Absoluta, por ejemplo, el pueblo consideraba masivamente legítimo al monarca, que no había sido elegido por mayoría.

La legitimidad política se podría entonces definir desde dos perspectivas: la de quien obedece y la de quien manda.

Desde la perspectiva de quien obedece, será legítimo aquel gobierno que accede al poder (legitimidad de origen) y lo ejerce (legitimidad de ejercicio) cumpliendo los requisitos que los que obedecen creen que tiene que cumplir para mandar.

Desde la perspectiva de quien manda, será legítimo aquel gobierno que accede al poder y lo ejerce haciendo ver a los que obedece que cumple los requisitos para mandar.

La legitimidad así entendida es un compromiso entre ambos extremos. Desde luego, la teoría de la legitimidad no prejuzga la bondad o maldad de tal o cual régimen político, sino que examina, simplemente, los mecanismos de mando y obediencia. Resta decir que, en términos generales, cuando el poder pierde su legitimidad deja de ser poder, salvo que ejercite la coacción.

Comentario

La legalidad está basada en dos aspectos fundamentales de regulación jurídica: la creación del Derecho y el cumplimiento de la norma de derecho". ¿Y cuál esa creación del Derecho?, pues la Constitución Política que es la ley suprema encargada de:
* estructurar y regular las funciones del Estado,
* determinar los derechos políticos de una nación,
* la forma de su gobierno,
* la organización de los poderes públicos, etc.

"La constitución es superior a toda la legislación de un estado, sobre ella o en contra de ella no puede subsistir ni ley, ni acto de autoridades, ni acto de particulares que vaya en contra de ella pues es la ley suprema de un país a la que deben estar subordinadas todas las leyes secundarias".

Ahora cómo fundamentamos el segundo aspecto de la legalidad, ¿qué es EL CUMPLIMIENTO DE LA NORMA DE DERECHO?. Simple porque como se diría vulgar y corrientemente aquí nadie le para bola a eso. El imperio de la ley POR LEY debería imponerse ante cualquier sistema de gobierno, ante cualquier pretensioso investido de poderes amplios, absolutos y arbitrarios.

La legitimidad tiene sinónimos mas subjetivos como justicia, tradición, consenso, grados de obediencia, fidelidad y lealtad política, relación y aceptación con el sistema de gobierno, por lo tanto, todo gobernante (sea este demócrata, dictador, monarca) trata de ganarse el consenso para que se le reconozca como legítimo, transformando la obediencia en adhesión.

Entonces el comportamiento de legitimización está basado en "la aceptación de las leyes" por todos los ciudadanos (los que las aceptan y obedecen por legales y los que las aceptan y obedecen porque así están planteadas las reglas del juego).

"Los hombres se dignifican postrándose ante la ley porque así se libran de arrodillarse ante los tiranos" (Preámbulo de la Constitución Argentina de 1853).
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