Deportivo La Coruña, jugará la Liga Adelante

EL EQUIPO DE LOTINA PAGÓ SU FALTA DE GOL Y DESCIENDE A SEGUNDA 20 AÑOS DESPUÉS
El Valencia parte el corazón a Riazor... otra vez

La ausencia de gol, durante la temporada y durante el partido, envía al Depor en Segunda, en un partido en el que tuvo ocasiones como para cambiar el rumbo de su destino.

El Deportivo jugará la temporada próxima a Segunda División después de caer ante el Valencia (0-2) y devolver el fantasma de 1994, cuando el equipo levantino le robó la Liga en favor del Barça. En esta ocasión, si cabe aún más dolorosa, el equipo gallego pierde la categoría ante el mismo rival, algo que no encabezaba los pronósticos.
El equipo de Miguel Ángel Lotina volvió a pagar su falta de puntería, la ausencia de un goleador que finiquite, al menos, el 30% de las ocasiones que tiene.
Principalmente Riki, pero también Adrián, gozaron de oportunidades claras para cambiar el rumbo de este suceso. Y luego Xisco y Lassad. Y también todo el que se asomó a puerta: Colotto, Lopo, Guardado...Delante, el Valencia, al que le sobra lo contrario. Le balió un balón a Aduriz al punto de penalti y un remate al primer toque para mandar al infierno al Depor.
Era el minuto 4 y parecía un susto. Quedaban un mundo por delante para cambiar la situación, ya que nadie en Riazor esperaba la derrota del Zaragoza en el Ciudad de Valencia, único resultado que, perdiendo, salvaba a los blanquiazules.
Tras el golpe, el Depor reaccionó, colgó balones a Colotto, que como colocador de voleibol cabeceaba al área, buscando al rematador. La tuvo Riki en una de esas y en otras de diferentes ejecuciones. Ésa fue al poste, las otras al limbo, ante la desesperación de un Riazor sabedor de la falta de olfato de gol de sus delanteros.
El Valencia, sin querer matar, guardó la bola siempre que pudó y mordió sólo en las ocasiones en las que no quedaba otra, ante la claridad del hueco que se les presentaba. Así, Mata tuvo dos claras ante Aranzubía. Una remató con parábola y la mano de Aranzubía evitó a esas horas el sello de Segunda. En la otra, el internacional disparó al lateral de la red. Antes Muñiz Fernández había evitado apretar la soga al ignorar un penalti evidente de Aduriz a Colotto.
Quedaban 45 minutos, pero la sensación de que el Depor marcaría seguía en el ambiente. El correr del tiempo fue cambiando el rumo de ese aire, observando además como el Valencia agotaba posesiones de varios minutos, correteando los deportivistas tras el balón sin demasiada inteligencia.
Adrián, tras pase de Valerón y gran movimiento, fuera, junto al palo. Riki, de buen cabezazo despejado por la mano de César -vestido del González de 1994-. Bien de ejecución, negados ante la cercanía del gol.
Aranzubía también sacó dos manos agónicas ante Mata y Aduriz, alargando el sufrimiento y la esperanza de un milagro que no llegó, a pesar del empuje final, del remate de Colotto a las nubes desde la frontal, del cabezazo de Xisco que volvió a sacar César, del remate en plancha de Lopo...
El equipo menos goleador de la Liga -sólo 31, por 41 de Cristiano Ronaldo- pagó su pena con el descenso, sin otra justificación posible que esa, su ausencia de gol y de un goleador fiable. Soldado cerró el partido y el Depor vivirá en Segunda, al menos, un año.
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