miércoles, 14 de septiembre de 2011

Alex Dolcino - La manipulación publicitaria en E

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EL PODER, LA DELINCUENCIA
Y LA MANIPULACIÓN PUBLICITARIA
EN ECUADOR






En mi país hasta hace poco la pobreza y la delincuencia era fruto de la injusticia social, al menos los medios lo reconocían así oficialmente y tanto la derecha como la izquierda coincidían en esta postura.
Hoy, después de cuatro años de un constante martilleo publicitario a un ritmo casi enloquecedor dirigido desde el gobierno, esta certeza irrefutable ha entrado en un profundo cuestionamiento. Y es que lo paradójico se ha vuelto tan común aquí, que parece ?como en el cuento de Lewis Carroll? que hemos atravesado el espejo de lo inverso y no nos hemos advertido de ello.

Mientras en este Ecuador real la brecha entre los que tienen y los que necesitan aumenta cada día considerablemente, las manos sucias del poder con el futbol y las telenovelas como trincheras publicitarias de combate se lanza a la conquista absoluta de unas mentes cada vez más exangües y pusilánimes. Es que estos artistas de la manipulación han comprendido a la perfección las pobres debilidades de una población sumisa e ignorante. No en vano la mayor parte de la publicidad está destinada a estos dos privilegiados espacios televisivos.

Con una casi nula capacidad de discernimiento de una población embaucada, el mensaje publicitario no necesita de ideas complejas, como toda propaganda de tipo fascista está destinada para que la entienda hasta el más último imbécil televidente. Para ello populares payasos de pantalla, salidos de algún ridículo circo sin nombre, son los selectos intermediarios para llevar lo que ellos llaman ?informe al país? pero que no son más que insultos a la inteligencia de los ecuatorianos.

Vivimos, pues, en una sociedad que no cesa de fabricar pobres, mendigos y delincuentes; los pare, los forma, pero al mismo tiempo reniega de ellos. La delincuencia ya no es más fruto de la inequidad e injusticia social, ahora el Estado nos la presenta como un cuerpo huérfano dentro de ésta sociedad, un feo jorobadito sin origen, del que nadie es responsable, una plaga a exterminar solo mediante la fuerza pública. Resulta, por tanto, muy cómodo para estos sabios, que no logran ver sino lo superfluo del problema, mantener una posición como ésta, quitándose así de sus espaldas la culpa, la responsabilidad de ser ellos los principales causantes de esta crecida delincuencial.

El 20 de noviembre del año pasado cayó abatido por delincuentes el niño Bruno Barcos, hijo de un reconocido periodista deportivo, una vida más entre tantas que se pierden día a día a manos del crimen, esa es la realidad, más no para los genios de la manipulación: El señor gobernador del Guayas Roberto Cuero se presentó ese día ante los medios de comunicación con lágrimas en los ojos pidiendo a la justicia mano dura contra el asesino, en los exteriores de la Asamblea Nacional no se hablaba otra cosa que no fuese sobre la modificación de las penas contra delitos de esa naturaleza, los medios de comunicación ?o mejor dicho de desinformación- hicieron lo suyo, y al ejecutivo solo le faltó pedir al país un minuto de silencio. Ni los muertos se escapan a las garras de la manipulación.
El padre de la víctima, periodista Rómulo Barcos, hombre de honor, manifestó sentirse muy avergonzado ese día. El día más triste de su vida, sin duda, fue el día en que su dolor se convirtió en el principal espectáculo con que el poder hizo su mejor y más siniestro show.

La democracia en Ecuador es un fraude, la afirmación de que vivimos bajo un sistema en el que el pueblo gobierna no es más que un mito. Una jornada democrática funciona aquí como un vulgar escaparate en donde los grupos de poder presentan su mejor máscara, su mejor rostro carismático, representando así a lo que ellos denominan partidos políticos, pero que no son sino mafias, bandas de delincuentes, llámense Partido Roldosista, Partido Social Cristiano, Alianza País, PSP, ladrones de la más baja calaña es lo que son. El pueblo, ignorante y carente de organización acude a entregar el destino del país a éstos ?predestinados? por la Providencia, a éstos vándalos. Entre la lujosa galería elegirá al menos malo, al de la sonrisita fácil, tal ves, y debe hacerlo porque el voto es obligatorio. Cuando llegan al poder sus altos funcionarios se rebajan sus sueldos y lo pregonan a los cuatro vientos, en un aparente civismo y altruismo hacia la Patria, como si estuvieran ejerciendo determinado cargo por su salario y más no sirviendo a la clase a la cual representan.
Lenin no se equivocó cuando dijo: ?Decidir una vez cada tantos años qué miembro de las clases dominantes han de reprimir y aplastar al pueblo a través del parlamento; tal es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués?.

Y así mientras los ecuatorianos continuamos entregando nuestras vidas en las calles a manos del crimen, la TV vocifera la consigna: ?La Patria ya es de todos?, principal lema de campaña de este gobierno; cae otro abatido, y continúa: ?La Revolución está en marcha?, y gira y gira esto a un ritmo vertiginoso en un círculo vicioso, absurdo e interminable. La mentira repetida tantas veces ha llegado a convertirse en una cómica e ilógica verdad?


Alex Dolcino
30 de Marzo de 2011

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